AVISO: SPOILERS
La primera saga de terror española sigue levantando polémica. Mientras Amenábar revienta las taquillas con Ágora, Paco Plaza y Jaume Balagueró vuelven de Sitges para encontrarse con una curiosa paradoja. La crítica, en una aplastante mayoría, le ha dado un notable a REC2. Por su parte, la taquilla ha respondido a la perfección (tras apenas 10 días en cartel ya ha conseguido 3.9 millones de euros, superando los 3.5 que tuvo de presupuesto). Sin embargo, en los foros de cine (aullidos, las horas perdidas o los propios blogs de los directores) no son pocos los fans que se quejan del cambio que supone esta segunda entrega de REC.
Para muchos, el giro hacia lo demoníaco y religioso ha supuesto una decepción mayúscula. Para mí, como espectador, ha supuesto un divertimento en toda regla. Señores, me encantó REC, me parece aun hoy una lección de CINE con mayúsculas: la perfecta unión entre espectáculo, originalidad, buena técnica y comercialidad, sin olvidar su "mensaje" de calado social. Repetir paso a paso la fórmula, con una sola cámara, dejando las respuestas en el aire y jugando con los mismos infectados hubiera sido una repetición absurda y decepcionante; un ejercicio vacuo, falto de se riesgo y de ganas, sin mencionar que hubiera sido un claro ejemplo de lo que no debería hacerse.
Para bien, los directores han querido darle un nuevo giro, expandir algo que ya apuntaron al final de la primera película con aquella escalofriante secuencia en el ático. Los infectados están poseidos, infectados por una cepa diabólica. Aunque suene a muletilla decirlo así, REC2 presenta el mal en estado puro . Y es que una vez perdida la intriga de "no saber qué esta pasando", perdido el factor sorpresa, la tensión producida por REC, los directores se enfrentaban a una dificil pregunta: ¿ahora qué?
Pues ahora toca un cambio de registro: abandonamos el terror puro, la tensión o el suspense para sumergirnos en una película de acción, con sustos esporádicos y mucha, mucha mala baba. Y con ésto, me refiero a esos brutales golpes de humor negro que hacen al aficinado aplaudir y reir a partes iguales (el cohete en la boca de un infectado, el disparo de la adolescente al bombero...). Los espectadores menos curtidos en esto del terror quedarán entre sorprendidos y extrañados. Y es que esta película es una oda al cine de género, un largometraje que mama de los grandes, que coge de aqui y allá y se monta un espectáculo para fans que hay que ver con una idea muy simple en la cabeza: pasarselo bien.
Señores, REC 2 es una vuelta de turca necesaria para una primera película que no daba más de sí en su formato original. Se mantine lo básico, pero con toques originales o nuevos enfoques. La fotografia de Pablo Rosso, por ejemplo, sigue siendo genial. La luz es un elemento más en la trama que se cuela entre los rincones del edificio, que salta de aqui para allá y sumerge a los protagonistas (y por tanto, al espectador). Me sigue pareciendo fantástica la aportación de un elemento como la luz en una película de estas características, haciendo que parezca "real" y al mismo tiempo, siendo un ejemplo de cómo comunciar y enriquecer la puesta en escena a través de la luz.
La aparición de nuevas cámaras, "pinchando" de una central a las minicámaras de los Geos tiene una doble cara. Por un lado, otorga un dinamismo necesario y abre un abanico de posibilidades (quizá poco explotado) para contar lo que pasa en distintos lugares del edificio. Sin embargo, la perdida de ese único punto de vista reduce el sentimiento de claustrafobia que los largos planos secuencia consiguieron en REC.
Otro de los aspectos que más polémica está levantando es esa especie de giro final que introducen los directores con la aparición de Ángela Vidal (de nuevo, Manuela Velasco). El elemento sorpresa para quien no supiera de su intervención en REC 2 se ve incrementado por lo que le ocurre al personaje. Una infección/posesión física a través de un momento que lidia entre lo morboso y lo macabro, a través de la boca de la actriz. Su posesión y su cambio de voz para conseguir salir del edificio, marcan el final de una película para la cual Filmax ya está preparando la tercera (su deseo ha sido declarado repetidas veces y ya existe una web para la continuación).
REC2 tiene muchos "peros" y desde luego no es una obra maestra, pero sigue siendo todo lo que vemos en el cine Hollywood y tanto triunfa, pero con aire español. Industria, espectáculo, calidad y buen rollo. Da igual que haya cosas que no cuadren, que el guión no sea la quintaesencia de la escritura de guiones o que la actuación sea bastante pobre. Esto, señores, es espectáculo y divertimento. Esto es lo que necesita el cine español, franquicias, dinero y salas repletas de espectadores para pasar una tarde de cine.
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