El número que muchos no se atreven ni a decir parece estar rodeado de cierto halo de misticismo, oscuridad y magia negra. Es como si al pronunciarlo fueran a desatarse las diez plagas de Egipto. Ese número forma parte de la cabecera de este blog debido, precisamente, al recelo que dicho dígito levanta en el personal. Por supuesto, la referencia es también obvia a una de las sagas de terror más rentables. Por supuesto, se trata de Viernes 13, filme que allá por los inicios de los ochenta se estrenó causando un impacto brutal en el cine de género y en la mente de muchos de los espectadores.
Curiosamente, la idea que parece extraerse de la película es que el sexo mata. En la primera entrega parece ser así (todas las muertes son precedidas de, como mínimo, deseo sexual), sin embargo, la realidad es que Viernes 13 es una historia de venganza que nada tiene que ver con el sexo. A estas alturas, cuando la película cumplirá su trigésimo aniversario en 2010, a nadie le estropearé la película si digo quién es el asesino de la primera entrega. Porque para muchos, el asesino siempre ha sido Jason, cuando, en realidad, en el filme original quien mata es la madre de Jason. Y no lo hace para aleccionar a los jóvenes sobre lo pecaminoso del acto sexual. De hecho, a ella le da exactamente igual lo que hagan los chicos, lo que quiere es vengar la muerte de su hijo, Jason, que murió en el campamento por un descuido de los monitores (que sí, estaban dándole al tema).
Madre traumatizada por la muerte de su hijo. Muerte causada porque los monitores estaban practicando sexo. Madre mata a quienes tienen o desean sexo, ergo la madre mata por el deseo sexual.
Aproximadamente ese era el razonamiento que quedaba tras ver la película en aquellos lejanos inicios de los ochenta. Claro que por aquella época la mentalidad era bastante diferente a lo que es ahora y esos temas llegaban con mas fuerza a la mente de unas generaciones no acostumbradas a tanta apertura. Evidentemente, los creadores eran cosncientes del mensaje que llegaría al espectador aunque, tal y como se desvela en los extras del DVD, nunca sospecharon el tremendo éxito e impacto que iba a provocar un filme rodado con pocos medios y destinado a unos pocos.
Sin embargo, esos "pocos" se convirtieron en millones que abarrotaron las salas de cine gritando como condenados y pasando uno de los "mejores-peores" momentos vividos en el cine. Inevitable era, por tanto, la llegada de nuevas entregas para crear una franquicia. Y fue en la tercera de la saga cuando el asesino se puso la icónica máscara de hockey y asentó el misticismo de un personaje clásico para el género que este viernes regresará a las pantallas de gran parte del mundo. Y no lo hace como una continuación, si no que más bien llega como una nueva revisión del clásico. Un nuevo inicio, al estilo de lo intentado con películas como La matanza de Texas (2004) o lo conseguido con Batman Begins y El caballero Oscuro (2005 y 2008, respectivamente).
Precisamente el encargado de llevar la matanza americana a las nuevas generaciones es el mismo que ahora está detrás del nuevo Viernes 13: Marcus Nispel. Si la decisión de relanzar la saga por parte de éste y de su productor, Michael Bay, es o no acertada lo dirán las críticas y la taquilla. Todo indica que ambas se contradecirán una vez más, siendo la nueva masacre en el campamento de Camp Lake vapuleada por la primera y triunfando en la segunda.
Madre traumatizada por la muerte de su hijo. Muerte causada porque los monitores estaban practicando sexo. Madre mata a quienes tienen o desean sexo, ergo la madre mata por el deseo sexual.
Aproximadamente ese era el razonamiento que quedaba tras ver la película en aquellos lejanos inicios de los ochenta. Claro que por aquella época la mentalidad era bastante diferente a lo que es ahora y esos temas llegaban con mas fuerza a la mente de unas generaciones no acostumbradas a tanta apertura. Evidentemente, los creadores eran cosncientes del mensaje que llegaría al espectador aunque, tal y como se desvela en los extras del DVD, nunca sospecharon el tremendo éxito e impacto que iba a provocar un filme rodado con pocos medios y destinado a unos pocos.
Sin embargo, esos "pocos" se convirtieron en millones que abarrotaron las salas de cine gritando como condenados y pasando uno de los "mejores-peores" momentos vividos en el cine. Inevitable era, por tanto, la llegada de nuevas entregas para crear una franquicia. Y fue en la tercera de la saga cuando el asesino se puso la icónica máscara de hockey y asentó el misticismo de un personaje clásico para el género que este viernes regresará a las pantallas de gran parte del mundo. Y no lo hace como una continuación, si no que más bien llega como una nueva revisión del clásico. Un nuevo inicio, al estilo de lo intentado con películas como La matanza de Texas (2004) o lo conseguido con Batman Begins y El caballero Oscuro (2005 y 2008, respectivamente).
Precisamente el encargado de llevar la matanza americana a las nuevas generaciones es el mismo que ahora está detrás del nuevo Viernes 13: Marcus Nispel. Si la decisión de relanzar la saga por parte de éste y de su productor, Michael Bay, es o no acertada lo dirán las críticas y la taquilla. Todo indica que ambas se contradecirán una vez más, siendo la nueva masacre en el campamento de Camp Lake vapuleada por la primera y triunfando en la segunda.
2 comentarios:
Ayer ví la primera parte de la saga. Pusieron en Cuatro "Viernes 13", la original, y me gustó bastante. Más elementos de juicio para comparar las dos versiones. Y la nueva, la de 2009, me parece casi más divertida. Voy a copiarte aquí, ya que la separación marítima y tu vaguería te dificulta escucharme (XD) la crítica que hice el otro día sobre la película en la radio.
Hoy noche de Oscar. Sé que la seguirás como hipnotizado...
D.
Aquí la crítica (soy igual de vago que tú, por eso te escribo como anónimo, por no entrar en mi blog con mi cuenta...)
Viernes 13 (2009):
Marcus Nispel ya se enfrentó a la tarea de rehacer una película clásica de terror con La Matanza de Texas 2004. Ahora ha hecho lo propio con la saga de Viernes 13. Y digo con la saga, porque al contrario de la creencia principal, en esta versión Nispel utiliza elementos de varias de las películas protagonizadas por el asesino Jason Vorhees, al menos coge conceptos de las tres primeras películas clásicas.
Tras un prólogo que podría resumir toda la primera película de la saga, esta nueva versión de Viernes 13 se convierte en una vorágine de gritos, sangre, sexo y risas a partes iguales.
Las películas con asesino en serie, o género slasher se caracterizaban, al menos en sus inicios, por enseñar ciertos desnudos que servían de carnaza y de avance de lo que luego les iba a ocurrir. En esta ocasión se ha vuelto a ese concepto de desnudez y quizá una de las cosas que más sorprenda sea la cantidad de escenas de sexo más o menos explícito.
Hay escenas de un mal rollismo total; personajes que sabes que van a morir de maneras terribles, más tarde o más temprano; un par de protagonistas, Pared Padalecki (Sobrenatural) y Danielle Panabaker (El Mentalista), con cierto carisma; inimaginables objetos que servirán a Jason para perpetrar sus crímenes, y lo más curioso, un montón de momentos divertidos y graciosos que hacen que creas estar viendo una película tipo American Pie. La saga de Jason Vorhees se renueva, aunque sigue manteniendo su vieja máscara de Hockey y su cuchillo, icónicos ya del terror en Cristal Lake.
Nos leemos.
D.
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