sábado, 6 de noviembre de 2010

Los ojos de Julia estuvieron en peligro


El éxito de Los Ojos de Julia ha quedado eclipsado por polémicas que nada tienen que ver con este proyecto, pero se ha convertido en uno de los mejores estrenos del cine español del año. La obsesión por la ceguera y la agresión visual al espectador en la película proporcionó una de las anécdotas más escalofriantes del rodaje y que Guillem ha contado ya en alguna ocasión:

“En la película hay un momento en que a Belén la amenazan acercándole la punta de un cuchillo a los ojos, muy cerca de la pupila. El plano era muy cerrado, casi un primerísimo plano y no podíamos usar un cuchillo falso debido a la proximidad de la óptica. Tenía que ser un cuchillo afilado de verdad. Por supuesto esto pensaba trucarlo; rodar por separado los ojos de Belén y el cuchillo afilado, y luego integrarlos digitalmente para obtener el escalofriante efecto final. En el momento de rodarlo Belén y el actor que le aproximaba el cuchillo habían estado ensayando la escena y habían adquirido tanta confianza en su control que se ofrecieron para hacerlo de verdad, con el cuchillo afilado, sin trucos. Yo me opuse enérgicamente. La integración digital funcionaría. No era necesario correr riesgos. Pero ellos insistieron: ‘Deja que lo probemos, Guillem, lo controlamos, no te preocupes’, insistieron. Los veía tan convencidos que al final accedí. ‘Está bien, sólo una vez, pero id con mucho cuidado’, les dije pensando que el sentido común imperaba en ellos, que sólo querían jugar y que no resultaría. Cuando dijimos ‘acción’ el cuchillo se acercó tanto a los ojos de Belén que a todos se nos heló la sangre. Cuando cortamos, estábamos horrorizados en silencio. Todos menos los actores que se acercaron sonriendo al combo para ver cómo había quedado. Después de ver el plano, palidecieron. El plano es bellísimo, pero yo tuve pesadillas durante toda la semana pensando que habría pasado si Belén hubiera estornudado en aquel maldito momento”.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Si que lo había leído, para que luego digan que no se ganan el sueldo.

Diego Sánchez dijo...

Me encanta esa anécdota. Me parece fascinante lo que llega a ocurrir en los rodajes.