sábado, 14 de abril de 2012

Crítica 'The cabin in the woods' - Deconstruyendo el género


¿Saben de esas críticas en las que el periodista suelta aquello de "hablar de esta película sin destriparla es imposible"? Bueno, pues en esta ocasión es totalmente cierto... Siempre que no hayas visto el trailer de la película. Porque para aquellos que, como nosotros, sí que lo hayan hecho, parte del juego desaparece. Así que aunque nosotros lo pongamos más abajo (y lo pusiéramos hace semanas previamente), recomendamos encarecidamente no ver el avance de esta película. Intentaremos hacer la crítica sin spoilers, pero desde luego, es mejor ir a verla sin haber leído nada. Si te gusta el cine de género, disfrutarás de esta película.  Porque no estamos ante una película de terror, sino una película a cerca de cómo se hacen las películas de terror.

Es como montarse en una montaña rusa. Si se sabe cuándo llega el looping, seguirás disfrutándolo, pero perderá la emoción de lo inesperado. Con The cabin in the woods pasa algo parecido. Los avances enseñan demasiado, aunque la propia película se encarga de revelar parte del misterio casi desde los primeros momentos. Lo que no quita para que el filme sea una carta de amor y odio al cine de terror. Una mezcla de terror y comedia al estilo de Scream y que  vamos a intentar describir con una estructura de tres actos representativos a los tres que desarrolla la película.

Primer Acto - Esto ya lo hemos visto
Todo empieza con la típica trama de un grupo de jóvenes que se van de fin de semana a una cabaña en medio del bosque. Los personajes, prototípicos, no fallan: la virgen (más o menos), la guarra, el friki fumeta, el buen chico y el deportista buenorro. Anna Hutchison, Chris Hemsworth, Fran Kranz, Jesse Williams y Kristen Connolly hacen un buen trabajo llevando los personajes por caminos esperados, a la par que divertidos.

Al mismo tiempo, se nos presenta otra trama, otro mundo, que el espectador pronto conectará con el de los cinco jóvenes. Así es como empieza a sentirse la amenaza. Alguien les vigila, alguien les controla. Y les van a hacer sufrir... En el primer acto de la película encontramos ya detalles y pistas de lo que está pasando. De hecho, demasiadas. A un espectador inteligente poco le costará descifrar lo que está pasando y por qué con tan sólo ver los títulos de crédito iniciales. Nada termina de sorprendernos. Y es parte del juego, puesto que pretende homenajear y criticar a partes iguales los trucos del género.

Viendo que los protagonistas son vigilados por un grupo de gente, el espectador se pregunta: ¿Estamos ante un reality show, un experimento social, una obra macabra para deleite de ricos y aburridos depravados? Por un momento parece que se trate de guionistas y directores de Hollywood creando filmes de terror, especialmente cuando un personaje dice que no son los únicos que están viendo lo que pasa. Y, en realidad, parece el objetivo: hablar de cómo se hacen las películas

Segundo Acto - Vale, tiene su punto, pero necesito más

Conforme la película avanza, vamos conociendo más y más el por qué está pasando lo que pasa. Por qué los chicos se encuentran en esa trampa mortal, cómo funciona el universo en que se mueven y a que se están enfrentando. Y, cuando el espectador lo tiene claro, se divierte, se deja llevar. Sabemos que están ahi encerrados, que los quieren matar. La pregunta es, ¿para que? Sin embargo, conocer la amenaza desde el inicio juega un poco en contra del producto final, pues pierde la capacidad de intimidar e intrigar, para convertirse, quiza conscientemente, en un "quién es el siguiente y cómo va a morir". Al final, la película juega a sorprender al espectador, que, sumergido en un mundo del que cree conocer las reglas, no verá venir algunos de los sustos y muertes de la película. Ya lo decían en Scream 4: "lo inesperado es el nuevo cliché". Y, con ello juegan.

Y así es, los guionistas (Joss Whedon y Deb Goddard) exponen los trucos al espectador, sabiendo que éste anticipará su siguiente movimiento. Porque allí donde la saga Scream deconstruye el género con los diálogos de sus personajes, Cabin in the woods lo hace a través de unos personajes convertidos en marionetas; juguetes con los que un grupo de trabajadores juega como si un guionista jugara con sus persoanjes e ideas a la hora de crear una historia.

Por ello, las secuencias se hacen más divertidas de ver, porque el espectador puede encontrarse asustado (adolescentes principalmente) o dejándose llevar por el juego que propone el director, adivinando con certeza los sustos e identificando las continuas referencias al género (ese sótano en la cabaña). Otros espectadores, sin embargo, no entrarán al juego, buscarán un nuevo Hostel y no lo encontrarán. Pero el que entre en el juego se vera recompensado por el final, gracias a un guión que se reserva un climax antológico para los aficionados al género.


Tercer Acto - Apoteósis para fans

Porque sí, cuando los dos primeros actos han sido un juego de autoparodia, un ejercicio de metalenguaje que deconstruye el cine de género desde sus tópicos, sólo nos queda esperar a que la película termine de una forma más o menos previsible. Pero Whedon y Godard tienen un as escondido en la manga para el tercer acto. Un climax de locura desatada, una orgía de sangre, una bacanal de género que hará las delicias de los aficionados. Aquí es donde The Cabin in the woods termina por triunfar (o hundirse, según el gusto del espectador) y no necesita de un giro final que obligue al espectador a repasar toda la trama de nuevo. No hace falta. Porque los últimos veinte minutos de película son el equivalente fan a desatar al Kraken. La montaña rusa que es la película ha jugado hasta el final del segundo acto en la división de "atracción para amantes de la velocidad" pero, alcanzado el clímax, se convierte en una de esas "atracciones no aptas para cardíacos". Y no, no es que se desate finalmente el terror y el espectador sufra en la butaca. Lo que ocurre es lo más parecido a destapar la Caja de Pandora de nuestras pesadillas, que, al final, es lo que suelen representar las películas de terror. Y, por si fuera poco, el director se permite el lujo de, en plena apoteósis, sacarse una sorpresa final en forma de cameo que los fans del género agradecerán casi con aplausos.

La película, en definitiva, no es perfecta (efectos mejorables, falta de tensión en algunos momentos, no apta para todos los paladares...) pero parece un producto ideal para disfrutar con este homenaje al género. Y es que mientras veía la película, mientras disfrutaba con la locura de sus últimos veinte minutos, una idea mental aterrizó en mi cabeza. Y es que el filme completo, pero especialmente el último acto, harían de The Cabin in the woods la película perfecta para clausurar el festival de Sitges. Un homenaje al cine de género en el que los aficionados irrumpirían en aplausos a los largo del tercer e imprescindible tercer acto.

3 comentarios:

J.J. González Haro dijo...

Te hago caso y no leo mas... que me interesa esta cinta

Diego Sánchez dijo...

Lo unico malo es que la pelicula aun no tiene fecha de estreno en nuestro pais. Ojala no hagan esperar mucho porque a este ritmo estara en internet antes de que llegue a las salas.

Anónimo dijo...

amigo no se para que tanta palabreria si reconosco que es un homenaje al cine de terror pero en definitiva al menos para mi gusto una MIERDA de pelicula xD agradesco la salseria de sangre y luchos mounstros conocidos pero no es posible que hagan una peli tan mala xD

p.d: agradeco los zombies unicamente la descargue por eso pero vuelvo a repetir una MIERDA de pelicula

p.d 2 lamento los insultos pero no ahi palabra que mejor la describa