El pasado año el cine de terror español supuso un enorme éxito nacional (El orfanato) e internacional (REC). Es curioso como, además, se estaba moviendo una película que mezcla el suspense y la ciencia ficción, quizá con algo de terror, también española. Sin embargo, a pesar de las extraordinarias críticas en Ain´t it cool news , los festivales de cine de Texas, Philadelphia, Amsterdam o Stiges, la película firmó antes un contrato para su proyección en Estados Unidos que para su estreno en España. ¿Cuál es el filme en cuestión? Los Cronocrímenes, el debut como director de largometrajes para Nacho Vigalondo, nominado al Oscar por el corto 7.35 de la mañana.
El caso es que tras los repetidos elogios (y algunos ataques) recibidos allá por donde la han visto, esta película de 86 minutos consiguió antes fijar su estreno en el extranjero que en su país de origen. Es más. Los cronocrímenes tendrá un remake que está escribiendo el guionista de Hijos de los hombres.
El meollo de esta historia viene, una vez más, por ese absurdo prejuicio del espectador español de rechazar el cine de género hecho en España. El director, que ha vivido ultimamente a caballo entre tierras nortemaricanas y suelo español, asegura ver con cierta rabia que se valora más el cine tras la frontera que dentro del propio país. Cierto es, también, que son pocos los que se lanzan a hacer algo diferente, a darle al público lo que quiere. Y esto, por extraño y averrante que algunos puristas quieran pretender, no tiene por qué estar desligado del arte. El Orfanato desmuestra escasa originalidad, pero un manejo de la puesta es escena como pocos directores patrios. {REC} fue para el cine de terror español lo que el Dragon Khan a los parques temáticos del país. Amenábar rueda estos días en Malta el definitivo salto al cine épico español tras el relativo éxito de Alatristre. Y, aun así, hay quien rechaza aun el cine de género hecho en casa.
El caso es que tras los repetidos elogios (y algunos ataques) recibidos allá por donde la han visto, esta película de 86 minutos consiguió antes fijar su estreno en el extranjero que en su país de origen. Es más. Los cronocrímenes tendrá un remake que está escribiendo el guionista de Hijos de los hombres.
El meollo de esta historia viene, una vez más, por ese absurdo prejuicio del espectador español de rechazar el cine de género hecho en España. El director, que ha vivido ultimamente a caballo entre tierras nortemaricanas y suelo español, asegura ver con cierta rabia que se valora más el cine tras la frontera que dentro del propio país. Cierto es, también, que son pocos los que se lanzan a hacer algo diferente, a darle al público lo que quiere. Y esto, por extraño y averrante que algunos puristas quieran pretender, no tiene por qué estar desligado del arte. El Orfanato desmuestra escasa originalidad, pero un manejo de la puesta es escena como pocos directores patrios. {REC} fue para el cine de terror español lo que el Dragon Khan a los parques temáticos del país. Amenábar rueda estos días en Malta el definitivo salto al cine épico español tras el relativo éxito de Alatristre. Y, aun así, hay quien rechaza aun el cine de género hecho en casa.
Por suerte para el futuro del cine (aunque la mayoría aun no se haya dado cuenta), los directores están empezando a tener concepto de industria. Pero, lo mejor de todo, es que creen en el espectador inteligente, tal y como dijo Nacho Vigalando en una entrevista para Las Horas Perdidas: "tengo claro que los espectadores no sois gilipollas. No sabes la cantidad de gente a la que tienes que convencer de eso a la hora de hacer una película". Por suerte para los amantes del buen cine de género, Vigalondo ha hecho una película premiada en varios países y festivales, por lo que se aguarda con esperanzas la llegada de Los Cronocrímenes para el próximo 27 de Junio.
Acaba de salir el último trailer de la película, que muestra a Karra Elejalde envuelto en una pesadilla marcada por los saltos temporales. El director, al que se le ha criticado la escasez de personajes y localizaciones como evidencia de una falta de presupuesto, se defiende de tales acusaciones en su blog: "quise hacer una película con pocos personajes y escenarios, como será la que estoy escribiendo ahora, independientemente del presupuesto que haya detrás. Llámenlo estilo, autoría o capricho tonto (...) Practico la escasez de información, la abstracción, la reducción de la acción en el tiempo y el espacio, el mínimo número de personajes".
Los cronocrimenes promete jugar con la mente del espectador, para hacerle creer que sabe lo que va a pasar y luego sorprender. Es algo complicado, los espectadores de hoy consumen mucho cine, series de televisión cada vez más trabajadas, comics, literatura... "Los cronocrímenes es más un juguete que una película: tiene muchos mecanismos internos que puedes descifrar con una segunda visión", explica Vigalondo en otra entrevista concedida al diario "El País". Y es que el director ha asegurado que sus referentes principales son de los clásicos literarios de la ciencia ficción como Robert Heinlein o Philip K. Dick. "Con esta película hemos intentado agradar al público de siempre, pero también hemos querido coger desprevenido al fan “duro” de la ciencia ficción, muy acostumbrado, a su pesar, a ser condescendiente cuando va al cine (...) Algunos de los comentarios más halagadores que he recibido han sido por parte de fanáticos de la ciencia ficción que me confesaron que, hasta el minuto 50 de la película, creen que se las saben todas… Y de repente sucede algo que trastoca toda su perspectiva".
Paradójicamente, una película española de éxito internacional, inteligente y capaz de sorprender a los espectadores más exigentes (los de los festivales de género), ha tenido problemas para estrenarse en España. Por fin, parece que alguien con dos dedos de frente se dio cuenta de que hay espectadores inteligentes en España que reclaman productos de esta índole: ciencia ficción, entretenimeinto, suspense y originalidad. Menos mal que hay gente que sabe, como Vigalando, y con perdón de la expresión, que no todos los espectadores son gilipollas.
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