Era de esperar: la noche de The Artist con los grandes premios; la noche de Hugo en la pedrea técnica. Y la noche para recuperar la magia por el cine, por las salas, las butacas y la oscuridad de los teatros y proyecciones.
El Hugo de Scorsese comenzó arrasando, con fuerza, llevándose todos los premios técnicos importantes: (fotografía, diseño artístico, efectos de sonido, montaje de sonido, efectos visuales), demostrando que la película del tito Marty es una maravilla visual, un portento técnico que deslumbra en la gran pantalla.
Por su parte, The Artist, como se preveía, se alzó con los premios a mejor actor, mejor director y mejor película, además de mejor banda sonora original y mejor vestuario. Todo un triunfo para una producción internacional pero principalmente francesa y que es un homenaje melancólico y nostálgico (aunque buen rollista) al cine clásico de Keaton y otros genios.
Los premios a mejor guión se los repartieron Alexander Payne, por adaptar The Descendants y Woody Allen, por la mágica historia de Midnight in Paris. Mientras que Millenium sorprendió alzándose con el premio a mejor montaje, del mismo equipo que ya el pasado año triunfó con La red Social. Gore Verbinsky, director de la trilogía de Piratas del Caribe o The ring, se alzó con el Oscar a mejor filme de animación por la fantástica Rango.
En el apartado interpretativo Meryl Streep consiguió su tercer Oscar (tras diecisiete nominaciones) por su interpretación de La dama de hierro; Christopher Plummer ganó con Beginners (Principiantes), mientras que Octavia Spencer tuvo su momento de gloria gracias a su papel en Criadas y Señoras.
La
noche puede resumirse bajo la pregunta "¿Por qué vamos al cine?". Una
pregunta que la Academia de Cine Americana, la encargada de dar los
premios, ha querido responder de forma absoluta y unánime, quizá debido a
un momento en que la gente no va al cine, los espectadores descargan
las películas y las audiencias bajan.
Por tanto,
actores y directores, algunos de los nombres más conocidos, algunas de
las estrellas más relucientes de Hollywood, hablaron a los espectadores
defendiendo la magia de ir al cine y la influencia que las experiencias
vividas en la oscuridad de las salas ha tenido en sus carreras.
Y nosotros, desde Planta 13,
les apoyamos: defendemos a ultranza, a capa y espada, si es necesario, la
experiencia cinematográfica de ver una buena película en la sala de
cine.
Y esa
misma experiencia que todos hemos vivido alguna vez la plasmaron en
acrobacias y espectáculo los artistas del Cirque Du Soleil, aunténticos
genios del espectáculo, por segunda vez en la ceremonia, aprovechando
que son dueños casi absolutos del teatro Kodak de Los Angeles con su
espectáculo IRIS, un show basado en la historia y experiencia
cinematográfica.
Noche de Artistas en Hollywood, donde la Academia ha
votado cual balanza el clasicismo y melancolía de filmes como The Artist
o Midnight in Paris, compensando con la técnica del siglo XXI y el cine
en tres dimensiones de Scorsese y su Hugo Cabret.
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