sábado, 31 de diciembre de 2011

Crítica Millenium: Los hombres que no amaban a las mujeres


David Fincher se ha convertido en uno de esos directores que no importa lo que hagan, tienen mi entrada asegurada cada vez que estrenen una película. Si, además, se trata de una historia perfecta para Planta 13, con sexo, violencia, venganza y misterios a raudales, pueden estar ustedes seguros de que no me perderé la película y, a poco que Fincher esté en forma, terminará formando parte de mi colección de DVDs y Blu-Rays. Y eso es, sin lugar a dudas, lo que ha pasado con The girl with the dragon tattoo. O, como se la conoce en España, Millenium, los hombres que no amaban a las mujeres, por su título original en las novelas en que se basa. Aunque aun faltan unas semanas para su estreno en nuestro país, Planta 13 ya ha podido disfrutar de su visionado y sólo podemos decir que la expectación no ha convertido la experiencia en una decepcioón. Todo lo contrario, nos ha hecho admirar aun más al director y hemos caido enamorados de Rooney Mara. 

La sinopsis es más que conocida, pues Millenium forma parte ya de la cultura popular con el éxito de la trilogía literaria y la producción de la trilogía de filmes suecos que llegaron en 2009. En ella Mikael Blomkvist (Daniel Craig) es sentenciado por difamar a un importante empresario a través de su revista de actualidad política y económica, 'Millennium', que dirige junto a su compañera Erika Verger (Robin Wright). Aprovechando la situación, Henrik Vanger (Christopher Plummer), ex-director de la Corporación Vanger, le propone un trato: escribir un libro sobre su imperio y su extensa familia y, a la vez, investigar la desaparición en 1966 de la sobrina de Vanger, Harriet, que ha sido dada por muerta. Blomkvist accede y contará con la ayuda de una afamada hacker, de pasado oscuro, modales ariscos y atuendo gótico, que busca trazar por su cuenta su propia venganza, Lisbeth Salander (Rooney Mara). 

Y es precisamente este personaje, secundario, como comentaba nuestro colaborador en su pequeña retrospectiva sobre quién es Salander, el que se adueña de forma absoluta de la película. Ni la presencia de Daniel Craig la intimida. Rooney Mara se come la pantalla con sus ojos profundos, su fragilidad y su vulnerabilidad, pero también con su fuerza para luchar, con su venganza, su inteligencia y sí, su feminidad. A diferencia de la fría interpretación de Noomi Rapace, Mara añade más matices a su Salander, más feminidad y, en el fondo, más empatibilidad. Su profunda mirada, llena de matices y emociones, llega directamente al corazón del espectador. La actriz ya ha conseguido una nominación como mejor actriz a los Globos de Oro y, a buen seguro, tendrá su nominación en los Oscar. La actriz se entrega en cuerpo y alma al director, David Fincher, para conseguir "ser" Salander. La actriz, de 26 años, no dudó en perforarse partes de su cuerpo con piercings reales (aunque no todos los mostrados en el filme lo son). Rooney Mara se muestra desnuda, indefensa, vulnerable, en una entrega absoluta al personaje, en diferentes momentos de la película, entregándose por completo a un personaje en absoluto fácil de interpretar; un papel que requería de la actriz no sólo la entrega física, sino también atravesar por la oscura senda de la locura de un personaje torturado desde su niñez. 

Por su parte, Fincher y su equipo otorgan una textura al filme perfecta, como siempre en la filmografía del director. Si bien David Fincher se mantiene visualmente contenido en sus últimos filmes, en Millenium demuestra por qué le avalan dos nominaciones a los Oscar y un Globo de Oro como mejor director. Desde la elección de unos iniciales títulos de crédito fantásticos (aunque parezcan una versión ciberpunk de una intro de James Bond), a ritmo de la versionada "Inmigrant song", hasta la fotografía de Jeff Cronenweth, pasando por el montaje o el diseño artístico. La planificación, igual de eficaz que en El curioso caso de Benjamin Button pero más desatada que en La red Social, nos deja planos sorprendentes. No por casualidad, los planos más "diferentes" y trabajados envuelven al personaje interpretado por Rooney Mara. 

Sin duda, la película mal-rollera de las navidades. Un thriller sobre el abuso de la violencia, sobre la violencia sexual... Pero, en el fondo, una película sobre un personaje roto con un final no precisamente dulce. Lisbeth Salander, un nuevo icono del cine dentro de una película casi perfecta.


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