lunes, 19 de diciembre de 2011

Spielberg y su primer gran éxito con los extraterrestres


Ayer Steven Spielberg celebraba su cumpleaños, y con motivo del mismo dedicábamos una entrada a la ya mítica figura del cine (podéis leerla aquí). Aunque ha tocado todos los géneros, buena parte de la carrera de Spielberg ha estado marcada por la fantasía, el terror, la ciencia ficción y el cine de aventuras. Así que como podéis imaginar, por aquí, en Planta13, tiene un puesto privilegiado (al menos para algunos de nosotros). No he querido desaprovechar la oportunidad para re-homenajearle volviendo a sacar a la luz una de sus primeras obras dedicadas a los ovnis y la ufología: Encuentros en la tercera fase (1977).

Con apenas treinta años había llegado ya a lo alto de Hollywood gracias a su primera película de éxito mundial: Tiburón (1975). Pero si Tiburón le dio la fama, el prestigio y el dinero; fue Encuentros en la tercera fase la que confirmó que nos encontrábamos ante un verdadero maestro del cine que daría mucho que hablar en los siguientes años. Le salvó de ser un director de un solo éxito (el miedo eterno de los cineastas que comienzan pisando fuerte) y con ella demostró al mundo que era capaz de arrastrar a millones de personas a los cines a ver sus películas. Convirtiéndose en uno de los jóvenes “Rey Midas” de Hollywood, fue además, con esta obra, con la que salvó a la Columbia de la bancarota.

Spielberg siempre ha sentido atracción por la ufología y todo lo relacionado con los ovnis. Ya de niño se pasaba horas observando por su telescopio el cielo y buscando indicios de naves extraterrestres con sus habilidades de boy scout. Por eso, incluso antes de rodar Tiburón, tenía en mente hacer un documental sobre el tema; aunque finalmente se decantó por esta película con el apoyo de la Columbia. Para la misma, leyó multitud de guiones que le ofrecieron, pero ninguno le convencía lo suficiente. Así que el mismo se puso manos a la obra y escribió íntegramente el guión haciendo de ésta una de las pocas películas en la que él es director y guionista (aunque muchas veces participa en los guiones revisando diálogos o cambiando secuencias). 

El filme cuenta diversas historias paralelas a modo de distintos caminos que convergen en un mismo punto. La de Claude Lacombe, un investigador de sucesos paranormales ocurridos en distintos lugares del planeta; la de Jillian Guiler, que busca a su hijo misteriosamente desaparecido; y la de Roy Neary, que está obsesionado con una imagen tras un extraño encuentro nocturno. Todos ellos, buscando respuestas, se encontrarán en el mismo punto de la geografía americana.

Estos caminos por recorrer en la búsqueda de respuestas es un tema recurrente en el cine de ciencia ficción de Spielberg. Muchas veces se ha dicho de los mismos que corresponden a una metáfora de la figura divina en la que convierte a la ufología en una especie de religión en la que el hombre se encuentra con una forma vital superior; unas veces amistosa (como en E.T. el extraterrestre de 1982) y otras un tanto destructiva (como en La guerra de los mundos de 2005). Esta forma de representar la forma de vida alienígena en la pantalla ha sido muy influyente para algunos directores.

Pero el director no es sólo influencia, sino que también ha sido influenciado (como siempre en la historia del cine); en este caso por autores clásicos como Howard Hawks. Ejemplo de ello son las secuencias de la búsqueda y la huída acontecidas en la montaña que recibe el nombre de Devil’s Tower. Así, toda la película se llena de un halo clasicista dejándonos con imágenes de gran atractivo visual que, combinados con la música y un guión que atrapa, nos lleva al espectáculo al que Spielberg ya nos tiene acostumbrados. Pocas películas han sido capaces de resucitar esa estética clasicista como ésta: una obra maestra que abrió un gran camino en la relación entre la ciencia ficción y un gran cineasta, de la cual, estoy segura, aún nos queda mucho por ver.

1 comentario:

Sergio Reina dijo...

Espero que como dices al final, aún nos quede mucho por ver, porque en realidad, es un maestro haciéndonos disfrutar del cine.

Saludos