jueves, 11 de agosto de 2011

Super 8: la magia del buen blockbuster


No voy a entrar en los porqués del enorme retraso con el que nos llega Super 8 respecto a Estados Unidos ni en por qué esta película no ha arrasado en taquilla. Tampoco voy a resumir la trama ni copiar la sinopsis, para eso y más detalles pasaros por la ficha de la película que tienen nuestros compañeros de Sensacine. Lo que sí voy a hacer es dedicar unas lineas al por qué al menos los dos primeros actos del filme son pura magia cinematográfica.

De entrada, el primer plano de la película es ya una clase de cómo contar mucho con una sola imagen. Así, para empezar. Las motivaciones de los personajes, el ambiente que se respira y les rodea, el amor por el cine que emana cada momento en que los chicos ruedan su película de zombies... Todo. Absolutamente todo encaja en ese esquema de guiño/homenaje que J. J. Abrams se ha sacado de la manga este verano.

Es cierto que los decorados, las calles de ese barrio o suburbio en el que viven los protagonistas son un claro reflejo del ambiente que rodeaba a los protagonistas de E.T., pero no por ello deja de resultar fantástico lo bien definidos que están los elementos que lo componen. A nivel de guión todo está perfectamente definido en los inicios y el desarrollo de una trama que utiliza el accidente de tren y el misterio de la criatura como un mero McGuffin para contar una clásica historia del paso a la madurez de los chavales. Aunque si algo enriquece la profundidad del filme es la cantidad de temas flotando en el ambiente, entre el subtexto y las tramas secundarias (perdón, culpa, redención, confianza, amor...).

A nivel técnico también hay mucho que contar. La planificación de J.J. Abrams es preciosa, precisa, haciendo que la película pueda ser disfrutada y entendida casi sin necesidad de diálogo. El creador de Perdidos o Fringe muestra lo que ocurre con planos perfectos de una belleza intimista cuando lo requiere (las relaciones entre los chavales) o desplegando toda la espectacularidad que ya demostró en anteriores trabajos. Para ejemplo, toda la secuencia desde que los chicos llegan a la estación de tren hasta que huyen de ella es para quitarse el sombrero. Abrams demuestra un buen saber hacer con una cámara que no para de moverse y que fluye de un plano general a un plano detalle en un mismo movimiento sin cortes. Aunque para mi gusto es demasiado digital en algunos momentos,  la espectacularidad de la secuencia es más que evidente y los chicos de ILM demuestran una vez más por qué llevan años siendo la empresa puntera en efectos digitales (tan sólo WETA Digital y su captura de movimento podría hacerles sombra).

En cuanto a la fotografía estoy seguro de que nuestra Natalia Vivancos podría extenderse en un análisis pormenorizado del gran trabajo realizado por Larry Fong, director habitual de Zack Snyder (300) y amigo personal de Abrams desde que ambos se unieran para rodar películas caseras con sus cámaras Super 8 después del colegio. Sólo detallaré que mantiene todos esos reflejos directos hacia la cámara que Abrams ya utilizó en Star Treck y que la belleza de las imágenes habla por sí sola al ser proyectada en la pantalla.

En el apartado sonoro tenemos una de las grandes candidatas del año al Oscar al mejor montaje de sonido, con un despliegue fantástico que incluye el gran soundtrack compuesto por otro habitual colaborador de Abrams: Michael Giacchino, quien además, realiza un pequeño cameo en la película como ayudante del Sheriff. Clásico, orquestral, intimista o espectacular, el score de Gicchino se adapta a cada tramo, a cada sensación, a cada emoción que evocan las imágenes de la pantalla.

Si Super 8 tiene un pero está sin duda en su clímax final, posíblemente el peor momento para flaquear. Así que quienes quieran librarse de spoilers, que salten directamente al siguiente párrafo. INICIO SPOILERS - El cara a cara entre la criatura y el protagonista es lo peor de una película en la que todo resultaba bastante creible (dentro de los parámetros de la ciencia ficción fantástica en los que nos movemos) y que pierde un tanto la estabilidad cayendo en la necesidad Spielbergiana de que el alien, como E.T., sólo quiere volver a casa. Y, cómo no, sólo se detiene ante nuestro protagonista porque... es nuestro protagonista (o eso, o se me escapó algo al verla en inglés) FIN SPOILERS

Excepto ese pequeño detalle del final, la película es una oda de amor al cine ochentero y buenrrollista tipo E.T., Los Gremlins o Los Goonies. El tipo de blockbuster que no sólo da la acción y espectacularidad que promete en los trailers, sino que rebosa alma y está guiada por las emociones.

6 comentarios:

Sergio Reina dijo...

Muchas ganas de verla, y después de leerte, aún más.

Saludos

Diego Sánchez dijo...

Hola! No creo haberte visto por aqui antes. Bienvenida serreina!!!

Para mi, lo mejor del verano. Sin duda!
Saludos!

Sergio Reina dijo...

Gracias Diego, si ha pasado pero no comentado, la verdad, aunque prometo dejar más huella.

Saludos

P.D. soy hombre, jejeje.

Diego Sánchez dijo...

Mil perdones compañero!
Los nobmres terminados en A y mi infinito amor hacia els exo femenino hacen que cada nombre terminado en A suena femenino a mis oidos.

Echare un vistazo a tu blog, creo que no lo tengo muy calado...

Daimesa - Tiendas Muebles dijo...

A mi super8 me parece un quiero y no puedo. Un intento de aproximarse al espíritu de películas ochenteras del estilo ET o los Goonies, pero se queda en eso, en un intento.
La historia está manida hasta más no poder y los personajes de los niños son arquetípicos hasta la nausea: el gordo listillo, el pequeñajo cabroncete, el prota que acaba de sufrir una desgracia y la chica guapa.
Entretenida es, pero desde luego, cualquier comparación con las ya mencionadas ET, los Goonies o Cuenta Conmigo, por ejemplo, es un auténtico insulto.

Madridista dijo...

Super - 8 una pelicula que realmente te hace recordar viejos tiempos, y no defrauda, me gusto un monton y la volveria a ver muchas veces más. Un exito.