domingo, 6 de noviembre de 2011

Capcom, la máquina tragaperras (Parte 2)


Como explicábamos la semana pasada, Capcom sigue la máxima de "Lo quiero todo, lo quiero ahora". La política de sacar el máximo partido económico a sus títulos estrella, llegando a límites insospechados, le ha valido a la compañía el apodo de “Crapcom”, popular tanto entre sus detractores como entre sus fieles más críticos (un juego de palabras entre Capcom y “crap”, que significa literalmente “mierda”). En los últimos años, probablemente las licencias que más estén sufriendo esta práctica sean precisamente sus juegos de terror. Capcom promete hacérnoslo pasar mal, pero ¿se refería a esto?

Terror para el bolsillo: Resident Evil y Dead Rising

Por una parte, a principios de este año descubrimos la intención de la compañía de relanzar dos clásicos de la saga Resident Evil para las consolas de esta generación; más concretamente, Resident Evil 4 y Residen Evil: Code Veronica. Los fans se frotaban las manos pensando en las mejoras gráficas que encontrarían en los “remakes”. Quien sabe, puede que hasta aparecieran nuevos modos de juego, o jugosos extras inéditos hasta ahora. En su lugar, nos encontramos exactamente con los mismos juegos, cuya única diferencia radica en que los relanzamientos son en alta definición (y teniendo en cuenta que los años no perdonan, uno se plantea hasta qué punto ésto mejora la experiencia). Un varapalo para los fans, que esperaban algo más a cambio de volver a pagar por títulos que llevan ya demasiados años ocupando un hueco de sus estanterías.

Por otro lado, tras la buena acogida de Dead Rising 2 (2010), los fans auguraban el nacimiento de una franquicia fructífera que podía dar mucho de sí. Capcom, en cambio, debió ver en Dead Rising a la nueva gallina de los huevos de oro, porque menos de un año después de la salida de la secuela ya anunciaba ese Dead Rising: Off the Record, del que os hemos hablado anteriormente. Con este “nuevo” título, se ofrece la posibilidad a los fans de la saga de jugar con Frank West (el carismático protagonista de Dead Rising) los acontecimientos vividos por Chuck Greene en Fortune City (la ciudad principal en Dead Rising 2).

Claro que en Off the Record encontramos una zona nueva (ese parque de atracciones Uranus), nuevas armas, personajes y un survival mode, pero ¿no podría haber aparecido todo esto como contenido DLC a precio reducido? (baste con recordar lo que hizo Rockstar con aquellos magistrales Episodios de Liberty City que siguieron a GTA IV). Por supuesto que no, si es posible sacar más por menos.

En definitiva, Capcom se ha acabado convirtiendo en la compañía del dinero rápido por la ley del mínimo esfuerzo. Con una cantidad de revisiones y contenidos descargables abusivos en constante crecimiento, el saco es cada vez más grande. ¿Acabará la avaricia por romperlo? Sólo el tiempo lo dirá, aunque hay que admitir que si la compañía sigue en los altares del Olimpo japonés de los videojuegos, es porque las ansias de nuevo contenido de sus incondicionales son tan grandes como su codicia. Ese “Lo quiero todo, lo quiero ahora” es, a fin de cuentas, una pescadilla que se muerde la cola.

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