Ángel Sala, director del Festival, durante la Inauguración |
Ahora que el Festival ha pasado; ahora que la resaca de los premios, los maratones y las fiestas han terminado. Ahora que el Auditori ya no ruge con su sistema de 7.1 único en España y que el jardín del Melia ya no está repleto de cámaras y famosos... Ahora es momento de hacer balance, analizar lo que ha sido, lo que pudo ser y lo que esperamos sea el año próximo.
La 43 edición del Festival de Cine fantástico y de terror de Sitges ha tenido más espectadores que el año anterior (a falta de tres días para su conclusión ya se había superado el número de espectadores del año anterior. El ambiente que se vive el en pueblo, especialmente el primer fin de semana con la Zombie Walk, es espectacular. Pasearte por el bar del Melia supone poder cruzarte con actores, directores y todo tipo de personajes: desde el friki con camisetas negras en busca de una foto con las actrices, hasta los chulitos trajeados que quieren aparentar algo que no son aprovechando el festival para ligar. Entre medias, mucha gente joven, mucho aficionado al cine en general (y al fantástico y terror en particular). Salta a la vista la sala de prensa, repleta de hombres y en la que la aparición de una mujer suele suponer un soplo de aire fresco y revolución. Hay que vivir el ambiente, sentirlo, porque una vez lo haces, como decía el spot de este año, "se queda contigo para siempre". Sin embargo, y a pesar de títulos potentes como Secuestrados, Monsters o Let me in, se han echado en falta otros como La trampa del mal (Devil), Scott Pilgrim, Hereafter o incluso Balada triste de trompeta, recientemente galardonada en Venecia como mejor película y mejor dirección. Por supuesto, no hablamos ya de Piranha 3D, que incluso estaba incluida en el libro de prensa de este año como programación oficial en el apartado de 3D.
¿A nadie se le ocurrió un avance de TRON: Legacy? ¿Por qué no se llegó a un acuerdo para emitir en primicia el primer capítulo de la serie The walking dead? A poco que uno se pare a pensar, se encuentra con Saw VI y VII a puertas de su estreno y ni rastro en Sitges (claro que después de lo ocurrido con SAW VI no me extraña que Buenavista pase de la distribución en España). Y aun hay más títulos que podrían haber estado en Sitges 2010, como Paranormal Activity 2, el trailer de Scream 4 que justo esos días se ha estrenado en unos premios en Estados Unidos o Black Swan (recibida con muy buenas críticas también en Venecia). Para terminar, otra que no ha estado (no exactamente) es Buried (enterrado), la película de Rodrigo Cortés, a quien entrevisté justo antes del Festival y que ha recibido en Sitges el premio a la mejor película europea. El propio Cortés, en su discurso agradeciendo el premio, aseguró que la película había sido pensada para un público como el de Sitges y que su deseo había sido estrenarla primero en el festival y justo después en salas comerciales del mundo, pero que por temas de distribución internacional no pudo ser.
En fin, grande, muy GRANDE, la experiencia de vivir el festival de Sitges por primera vez, donde no sólo ves películas y comes cualquier cosa, sino que puedes charlar con gente de todo tipo: desde blogeros como yo, hasta actrices como Leticia Dolera o Belén Rueda, directores como Paco Plaza y Gareth Edwards y cruzarte en las escaleras con leyendas como Rebecca De Mornay o Joe Dante. No se sabe que deparará el próximo año, tampoco el filme que centrará el homenaje, aunque ya están trabajando en ello y "en unos meses sabréis más cosas", citando palabras de Ángel Sala, director del Festival. Si la fuerza nos acompaña, allí estaremos el próximo año también. Al final, por muchos ausentes que haya, una charla con Ivana Baquero o unas palabras con Chloe Moretz valen la pena.
Con Chloe Moretz y Kodi Smit-McPhee, protagonistas de LET ME IN |
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