Desde que en 1973 se proyectase en las pantallas de medio
mundo la escalofriante historia de una niña poseída, parece que las películas
sobre exorcismos hayan ido ganando en popularidad año tras año. El Exorcista de William Friedkin marcó un
antes y un después en el cine de terror y abrió un camino nuevo en lo que a
terror psicológico se refiere.
El cine de exorcismos es un cine que funciona y que siempre
consigue mover algo dentro del espectador; o al menos, que consigue que éste sienta
la suficiente curiosidad para ver la película. Así que no es de extrañar que en
los últimos años numerosos títulos sobre posesiones hayan asaltado las
pantallas. Desde la recién estrenada
Devil Inside (2012) hasta la precuela de El Exorcista de 2004, The Exorcist: The Beginning; pasando
por un terror más desenfadado protagonizado por atractivos adolescentes como
fue Jennifer’s Body (2009). ¿Pero
qué tienen estas películas que atraen tanto y horrorizan a la vez?
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es la sociedad en
la que triunfan estos títulos. La mayoría de ellos consiguen su mayor expectación
en países occidentales donde la religión cristiana está altamente extendida. ¿Y
qué tiene que ver esto? Muy sencillo, si se cree en Dios, se cree en el diablo
(o al menos, eso se inculca en la misma fe cristiana). Así que las películas de
posesiones y exorcismos parten de un terror “real” que una gran parte de la
población ya tiene interiorizado antes de dirigirse a cualquier cine a ver una
de estas historias.
Por si partir de miedos internos que forman parte de las
creencias de un espectador no fuera suficiente, la mayoría de estas historias
se apoyan en lo que se podría considerar “una falsa verdad” puesto que dicen
estar basadas en hechos reales. Es el caso de El exorcismo de Emily Rose (2005), que está inspirada en un
exorcismo real que acabó con la vida de la joven alemana Anneliese Michel. La
verdad es que la adolescente murió a causa de deshidratación y desnutrición
puesto que “los demonios” no le dejaban comer, cosa que su familia creyó cierta
a pesar de que la niña sufría desde hacía años epilepsia y trastornos
esquizofrénicos. Aún así este caso alimentó bien al cine y le dio el
maravilloso halo que otorga ese “basado en hechos reales” que en cine de terror
se puede traducir como: “si la película de por sí ya te daría miedo, piensa que
esto pasó de verdad y no duermas en tres noches”. O lo que es lo mismo “ve a
verla y descubre un caso real sobre una de las cosas que ya temes”.
Sea como sea lo que nos llame la atención de ello, utilizar
casos reales en el cine de exorcismos es uno de sus pilares básicos. Mismamente
la propulsora de estas películas, El
Exorcista (1973), estaba basada en una novela inspirada en hechos reales. U
otras películas más actuales como El Rito (2011), protagonizada por Anthony Hopkins, también dice estar basada
en un verdadero exorcista que a día de hoy sigue ejerciendo, pero que si decidiéramos
investigar un poco por internet nos daríamos cuenta de que la película dista
mucho de la realidad.
Seamos creyentes o no, pensemos que estos casos fueron
reales o no, lo cierto es que estas películas gustan y han sido elegidas por el
público como uno de los tipos de cine de terror que más pavor causan. Así que
los fanáticos de las posesiones y estos rituales pueden estar tranquilos porque
prácticamente tienen al menos un título al año asegurado (si todo sigue como en
los últimos años). Nosotros os dejamos con el tráiler de Devil Inside estrenada el mes pasado y con unas cuantas cuestiones
en el aire ¿Os gustan las películas de exorcismos? ¿Os dan verdaderamente
miedo? Y ¿Por qué creéis que es así? Animaros y dejarnos vuestra opinión.
4 comentarios:
A mí me sigue causando pánico la película de "Los creyentes", aunque no es muy de exorcismo, la verdad. Pero al leer esta entrada, me he vuelto a acordar de ella.
A mí realmente no me atraen mucho las películas de este género, pero he de decir que sí que es verdad que hay algunas que están muy bien y que te crean una tensión en el cuerpo que hace que quieras saber que va a pasar, y por eso creo que gustan y atraen a mucha gente, igual que otros las puedan odiar. Para mí más que miedo es tensión.
A mi me encanta el cine de terror y suspense. Hay muchas películas de este tipo pésimas, pero si sale una que merece la pena y logra lo que buscas, el pasarlo mal, el sentir miedo y expectación, entonces merece la pena.
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