lunes, 23 de enero de 2012

Los 10 remakes de terror que sí (o no) deberías ver (Parte II)


La semana pasada comenzamos a hacer un repaso por algunos remakes del cine de terror que han dado mucho de qué hablar (para bien o para mal). Así que aquí os dejo con la segunda parte de este pequeño recorrido que completaremos finalmente la semana que viene.

7. Willard (1971) y Willard (2003)
En los setenta, este filme de Daniel Mann gozó de gran popularidad (tanta que incluso Michael Jackson crearía una canción de éxito para su secuela Ben, la rata asesina). Era una época de prosperidad para el cine de terror donde los títulos empezaban a renacer con originalidad y esta película, en la que un extraño personaje encerrado en su sótano se rodea de ratas para llevar a cabo sus planes de venganza, fue uno de los ejemplos más importantes. Quizás fue por eso que Glen Morgan decidió rescatarla del olvido en 2003. El resultado fue un Willard infravalorado (tanto el público como la crítica no la tuvo muy en cuenta), pero bastante más terrorífico que el original, sobre todo gracias a su protagonista al que da vida Crispin Glover; quien tan sólo con su presencia ya crea un halo tenebroso y desagradable a la película.


6. La matanza de Texas (1974) y La matanza de Texas (2003)
Otro éxito setentero recuperado en 2003 por Marcus Nispel. A la original se le podría considerar la gran obra maestra de Tobe Hooper que consiguió aterrorizar a un público que creía haberlo visto todo tras el estreno un año antes de El exorcista. Leatherface, del cual ya hemos hablado en alguna ocasión, llenó la pantalla de una violencia exagerada nunca antes vista que combinado con un terror psicológico hacen de La matanza de Texas una de las mejores películas de asesinos despiadados de todos los tiempos (incluso llegó a ser censurada en algunos países). Con éxitos así es cuando más improbable parece que se pueda salir airoso al hacer un remake, pero Marcus Nispel lo consiguió con creces. En esta nueva versión, la tensión a lo largo del filme no tiene nada que envidiar al original y el homenaje a la violencia de Hooper está totalmente presente. Aunque no ha tenido la misma repercusión que la primera, en parte porque el público ya no es tan fácilmente impresionable, la película tiene otros puntos a favor como unos protagonistas que no se limitan a ser simples adolescentes estúpidos o una buena fotografía. 


5. La invasión de los ultracuerpos (1956) y La invasión de los ultracuerpos (1978)
La película original dirigida por Don Siegel fue un éxito de los cincuenta, un gran ejemplo de los característicos filmes de terror de esa época que utilizaban seres sobrenaturales, humanoides o extraterrestres como una metáfora de la paranoia desatada por la Guerra Fría. En este caso no sólo existe un remake de La invasión de los ultracuerpos, sino que hay tres versiones diferentes de esta película; aún así nosotros nos quedamos con la versión del setenta y ocho por ser más fiel a la original y no tomarse tantas libertades. Esta versión se la debemos a Philip Kauffman que consiguió hacer un filme apocalíptico caracterizado por la deshumanización de esos ultracuerpos de los que habla el título. El terror de esta versión se convierte en un juego psicológico de persecución a manos de unas criaturas carentes de alma y compasión capaces de cualquier cosa. Aunque el mayor logro de Kauffman en este remake fue su manera de crear un nuevo final mucho más impresionante que el del original (bastante decepcionante para el espectador).

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