Esta película podía haber sido mucho mejor.
Con esto no estoy diciendo que sea un mal filme. Tampoco que sea bueno. The raven (el enigma del cuervo), es un thriller simplón de terror, un capiítulo de CSI siglos atrás en el que un asesino en serie imita las obras de Edgar Allan Poe en sus asesinatos. Los últimos días de vida del autor de Baltimore siguen siendo un misterio, ya que el día de su muerte fue encontrado vagando por las calles en un estado de delirio y escasa salud. Nadie sabe, por tanto, cómo pasó sus ultimos días de vida, ventaja que toman los guionistas Ben Livingston y Hannah Shakespeare para ficcionar una historia de misterio y crímenes con que a algunos recordará a películas como Saw o Seven.
La trama arranca cuando una madre y su hija aparecen asesinadas en Baltimore, a finales del siglo XIX. El detective Emmett Fields (Luke Evans) hace un increíble descubrimiento: el suceso es similar a los hechos relatados en un relato de ficción publicado en la prensa. Dicha historia es un fragmento de una serie escrita por Edgar Allan Poe, un desconocido en aquel momento. Las autoridades investigarán al autor, pero de repente aparecen más víctimas cuyas muertes parecen inspiradas en sus macabros relatos.
El detective solicitará entocnes la ayuda al escritor para parar los pies al asesino. Es entonces cuando una persona allegada a Poe podría ser la próxima víctima, por lo que el autor sacará todo su ingenio para detener este juego macabro.
Para los aficionados a Poe el filme será un entretenimeinto, viendo algunos de sus más famosos relatos en pantalla, pero desde luego, el guión flojea con el misterio del asesino. Cuando este es revelado, uno no sabe muy bien de donde ha salido ese personaje. En Sherlock Holmes, en la primera temporada de la serie de la BBC, por ejemplo, recuerdo que el capítulo uno llevaba de forma magistral la resolución de los crímenes y el asesino, inesperado, sorprendente, tenía sentido; entraba dentro de la lógica. Pero el asesino en The raven demuestra falta de interés, de gancho, a la hora de revelar su identidad al espectador. Y eso, en una trama de investigación en la que el climax debe ser el enfrentamiento entre asesino y perseguidores (en este caso, Poe y el detevtive Fileds), es un fallo.
Por mis palabras debe dar la sensación de que es una película horrenda. No me entiendan mal, no es tan mala como muchas de las películas que se estrenan en salas. El problema es que los aficionados esperamos mucho, quiza demasiado, de una obra basada en la obra del gran Poe. En la dirección, por ejemplo, esperaba encontrarme con el James McTeigue director de V de Vendetta, capaz de mezclar inteligencia y entretenimeinto. La película protagonizada por Natalie Portman y Hugo Weaving era el ejemplo perfecto de cómo balancear personajes interesantes, diálogos inteligentes y secuencias de acción espectacular. Sin embargo, lo que McTeigue ofrece aquí es una dirección bastante impersonal. Efectiva, pero impersonal.
Probablemente el público vaya a ver la película y la disfrute, se entretenga. Y al final eso es lo que importa. Lo que digamos los críticos tampoco tiene tanto peso. El enigma del cuervo es otra de esas películas de género que no harán mucho ruido, como Dorian Gray, por ejemplo, pero que son un entretenimiento decente para una tarde de cine.
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