Luces rojas y Extraterrestre han saltado desde su estreno a un escenario de debate seguramente tan previsto como imprevisto por sus creadores. Ambas son películas representativas de un modo de combinar la pasión por un cine internacional y la confianza por la producción nacional; ambas muestran un futuro audiovisual no necesariamente desvinculado de su país de procedencia, ni mucho menos de su tiempo. Algo similar podrá ocurrir con [REC]3 Génesis, otro filme a punto de ser atravesado, se verá con cuánta profundidad y virulencia, por los estoques de la expectativa, la condición de tentáculo de franquicia y el talibanismo cibernético.
Pero la auténtica poesía de [REC]3 Génesis, igualmente presente en la marcianada de Nacho Vigalondo, se halla en la ruptura autoconsciente, arriesgada y brava de su propio eje de rotación. El intenso prólogo que demuestra formalmente las raíces de la saga (la pluralidad de pantallas, el juego de perspectiva metonímico y esa relectura del cinéma verité cámara en mano) se rasga con una vuelta de tuerca al lema que había servido de inspiración e hilo conductor para las entregas previas. Aparece el título en pantalla y, de pronto, todo ha cambiado. Si bien ya había comenzado a hacerlo antes, con sus sutiles salidas del tono genérico y general que no parecerían conducir nunca, pero que lo consiguen con fluidez, hacia un clímax magníficamente coreografiado entre el arrebato amoroso, la casquería y la banda sonora camp. Pues desde un a la par irónico y brutalmente sincero plano de inicio, [REC]3 Génesis revela, como hiciera Extraterrestre, su verdadera vocación: la de una historia de amor puesta a prueba por las circunstancias de un género altamente reconocible y circunscrito a desarrollos y miradas preconcebidos.
Este génesis, que tiene más de bíblico que de aclaratorio para los buscadores de pistas, enfoca a un Adán y una Eva repentinamente expulsados del paraíso de su día único e inolvidable. De modo inevitablemente natural para el espectador partícipe de la jocosidad, ese banquete-monumento a la horterada de glamour provinciano deriva en holocausto demoniaco, heredero del acerado sentido de la parodia berlanguiano y de la gamberrada marca Rob Zombie o Edgar Wright. El pulso que Paco Plaza abre entonces consigo mismo se vuelve mucho más duro y competitivo; lucha por alcanzar la finura de los vaivenes extremos entre el humor más castizo y el patetismo épico de un Arthur Penn. En ese sentido, quizá [REC]3 Génesis pierde su horizonte genético y se adentra en terrenos de entrenamiento atractivos para Plaza, si bien no por ello la película resulta menos disfrutable ni carente de los obligados paralelismos y entrelazamientos con las hijas de Balagueró. Ciertamente, el poso esperanzador y la taza del desencanto por los que circula el discurso de la historia parecen rascar un alma del recipiente materno, como si Plaza dinamitara las técnicas y las señas de identidad de [•REC] y [REC]2 con la intención de mostrar un último rescoldo de belleza entre el horror.
La voracidad de la situación mostrada en hora y cuarto de boda por los suelos es equiparable a un hambre predominante y juvenil por engullir el lugar común anquilosado en su propia estupidez. Por eso, al margen de que [REC]3 Génesis cumpla o no con los requisitos del fan más estricto y del código marcado por su médula espinal, será junto a Extraterrestre una de las películas imprescindibles para comprender en un futuro cómo éramos en este tiempo convulso, con aires de fin de fiesta macabro e imprevisto cuando mejor lo estábamos pasando, y cuyas responsabilidades nos venían demasiado grandes.
5 comentarios:
Esta no me la pierdo
Esta levantando mucha polémica, Vuelve a pasar como con REC 2. A la critica le gusta mucho pero a los fans de la saga no tanto.
No he leído en ninguna parte puta mierda de película, que es como debía titularse la crítica, si os gustó la primera película de verdad leer críticas sinceras y no vayais a verla.
Personalmente no he visto la película (lo hizo la corresponsal que ha escrito la crítica), pero puedo garantizar que es una crítica sincera, escrita desde el lado más cinematográfico y menos fan posible. Lamentamos que anónimo no haya podido disfrutar de lo que otros muchos consideran una fiesta en el cine. No se puede agradar a todos.
Yo me lo pase de lujo. Pero como hay gente que no entiende lo que es un homenaje a la serie b se leen este tipo de comentarios. Aun no he visto Extraterrestre, pero si es la mitad de buena que los Cronocrimenes ya tendré bastante...
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