sábado, 5 de febrero de 2011

Encerrados con el mal en estado puro


M. Night Shyamalan se hizo un hueco en Hollywood gracias a grandes éxitos como El sexto sentido y trabajos más personales y aplaudidos por la critica como El protegido o El bosque. Sin embargo sus últimos proyectos se han precipitado hacia un abismo de fracasos en taquilla con un final impreciso. Quizá por eso sea un buen momento para comenzar "Night Chronicles", un proyecto que llevará a cabo varias películas basadas en ideas originales suyas, pero dirigidas por directores más jóvenes.

La primera en llegar es La trampa del Mal (Devil, en su titulo original), una película decente que, con el valor de Rodrigo Cortés en Buried, podría haber sido mítica. La premisa es sencilla: cinco desconocidos quedan atrapados en un ascensor. Uno de ellos es el Diablo. Así de sencillo e interesante a la vez. Si la película se quedara dentro del ascensor podría haber sido algo tan claustrofóbico como Enterrado, pero por desgracia para muchos espectadores, la película tiene más puntos de vista. Si se concentrara la acción en el interior del ascensor no sólo aumentaría la claustrofobia del espectador, sino que aumentarían las dosis de suspense e intranquilidad, al no tener más puntos de vista que el de los protagonistas. Por cierto, que sería también una forma más de empatizar y "vivir" con ellos la experiencia. Sin embargo, tenemos más personajes en la película, como el personal de seguridad y mantenimiento del edificio, meras marionetas del plan del Diablo.

La película tiene momentos de gran tensión: cada uno de los ataques dentro del ascensor, especialmente cuando la luz desaparece y todos saben que algo va a pasar. Además resaltan algunos detalles de la realización (los planos invertidos del inicio). Toda una demostración de John Erick Dowdle, director de Quarantine, que salva un pequeño presupuesto y firma un largometraje de un empaque visual y narrativo más que digno que rinde homenaje al cine de su productor, Shyamalan. Incluso algunas imágenes parecen salir directamente de la mente del director indio (El momento en que un hombre cae de lo alto del edificio y se estrella es una imagen que recuerda bastante a los suicidios masivos de The Happening).

Se echa en falta algo de coraje para rematar la trama. Y es que como viene siendo habitual en el cine del director indio, el final no es todo lo que podría haber sido, quedándose en buenas historias no tan bien resueltas. Entretenimeinto asegurado pero sin grandes maravillas. Peligro de decepción con el final...

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