Aunque hoy en día es algo que parece inconcebible, no es de extrañar que antiguamente se extraviaran películas. Existe una lista de más de un centenar de obras que fueron perdidas, escondidas o destruidas a causa de algún tipo de catástrofe. Entre ellas figura la famosa London After Midnight (1927), un filme de suspense y terror que se ha convertido en una especie de santo grial para los archivistas y coleccionistas de todo el mundo.
El argumento gira en torno al asesinato de Sir Roger Balfour, quien es hallado muerto en su mansión a causa de un disparo. Todo apunta a que se trata de un suicidio, lo que lleva a cerrar el caso rápidamente a pesar de que el amigo y vecino de la víctima, Sir James Hamlin, esté totalmente en desacuerdo. Cinco años más tarde, la casa parece estar ocupada por dos extraños personajes: un hombre de piel pálida, con oscuras ojeras y largos dedos que siempre lleva un alto sombrero y su fantasmagórica criada. Los rumores de que se trata de un vampiro y un fantasma se extienden, pero no será hasta que se encuentre la tumba del señor Balfour abierta y sin su cuerpo dentro que James llamará al inspector Burke para que le ayude a resolver el caso. Convencidos de que estos seres del más allá tuvieron algo que ver con la muerte de Balfour, establecen un plan para desvelar lo que ocurrió realmente aquella noche, disfrazando a Burke de un hipnotizador con aspecto vampírico.
La Metro-Goldwyn-Mayer, productora de London After Midnight, nunca vendió copias a distribuidores independientes, ni cedió sus derechos a otros estudios para que se realizaran remakes, lo que la convertía en la única empresa poseedora de esta película. El último registro que la MGM tenía del filme databa de mediados de los años cincuenta y lo situaba en la bóveda número siete de sus estudios. En torno a 1967, esta bóveda sufrió un incendio arrasador que seguramente supuso la pérdida de dicha copia ya que, años más tarde, cuando la Metro donó a la Eastman House todo su material con soporte de nitrato, el título no figuraba en el lote. A pesar de todo esto, se duda que ningún proyeccionista o coleccionista guarde una copia oculta de la obra y cabe la esperanza de que en 2022, cuando el copyright expire, ésta salga a la luz. La película y el misterio que la envuelve han servido en numerosas ocasiones como broma al figurar entre listados de programaciones o con la aparición de críticas en páginas como IMDB de gente que aseguraba haberla visto.
En 2002 la TCM llevó a cabo una recopilación de 200 fotografías de la producción y realizó con ellas un montaje con motivo del setenta y cinco aniversario de su estreno. Aún con la idea que nos pueda dar este homenaje sobre la película o los documentos encontrados en los que se aludía a ella como una auténtica obra maestra, algo nos dice que si saliera a la luz una copia sería algo decepcionante. Al igual que pasa con esas estrellas de la música o el cine muertas prematuramente, parece ser que todo aquello a lo que ya no tenemos acceso se revalorice incalculablemente, aún cuando tal valor no sea del todo merecido. Así que quizás lo mejor para London After Midnight sea que permanezca siendo el mito que la sitúa entre una de esas grandes obras del cine de terror de los años veinte.
Os dejo con el tráiler de M, el vampiro de Dusseldorf, de la cual hablaremos muy pronto en Planta 13.
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